27.2.06

Del reguetón y otros demonios...

(lanzando ideas)

Un curioso artículo de Leo Garnier ( http://www.leonardogarnier.com/index.php?option=com_content&task=view&id=502&Itemid=0 ), exponía que los multimillonarios no querían confundirse con los ricos. Curioso. Se diría que es prepotencia o esnobismo, pero traslademos ese mismo sentimiento a la clase social a la que pertenecemos y el resultado es el mismo. Los bienes que se consumen, la apariencia, las costumbres y el vocabulario, apunta hacia esa misma tendencia, es decir, el no querer ser confundido con alguien de nivel social menor o aparentar pertenecer a otra superior.

La clase media no es la excepción. En este sector, educado y con accesso a la mayoría de servicios e información, surge la necesidad de tener espacios de socialización específicos sometidos a gustos y preferencias determinados. Pero paradójicamente, estos que tradicionalmente, tienden a criticar la masificación, se agrupan con la misma ingenuidad y compulsión en virtud de legitimar sus gustos, y terminan siendo solamente una versión más de lo que tanto dicen odiar.

Por eso yo repudio el reguetón y A todo dar. Para compensar oigo Hip Hop y veo MTV.

Este fenómeno va más allá de la necesidad de filiación normal en el ser humano. Radica en un oscuro deseo de no parecerme a ese que es más "feopobreignorante" que yo. Así pues, el que tiene más educación o estatus, amparado en sus cualidades intelectuales, termina eliminado "por defecto" cualquier manifestación relativa a aquellos que rechaza: reguetón, telenovelas, fútbol y un larguísimo etcétera, agregue usted lo que más aplique a su contexto.

Yo creo que estar condicionado a ejercer este rechazo denota tanta o más ignorancia que la que se dice criticar. Satanizar y perseguir todo aquello que no se encuentre dentro de nuestro entendimiento o hábitos, es la base ideológica para el atropello, la colonización y las guerras. Asímismo contribuye a polarización de las clases sociales y la intolerancia.

Por eso quizás una exploración de la cultura popular urbana, me acerque a entender más este fenómeno y me ayude a aportar una visión menos sesgada de ciertas manifestaciones que aunque de alguna forma chabacanas, son parte de un entorno y contribuyen de alguna u otra forma a conformar una identidad más lúcida y realista.

2 comentarios:

Sardina albina dijo...

Para variar yo leo totalmente otra vara y de antemano me disculpo. Desgraciadamente lo aguevado de escribir es que, apenas soltás un texto, tu "autoridad" deja de ser tuya y la interpretación se te escapa de las manos.

Por un lado está esa necesidad de aparentar para apartarse de la clase inmediatamente inferior a la tuya, pero por otro lado está el ser objeto de burla de la antigüa clase si no sos igual a los demás. Si sos vegetariano, arquero, jugador de Go, practicás yoga, ves futbol americano o peor aún, no te gusta el futbol, ni la salsa/ merengue/trova o el ceviche, sos un enajenado.

O sea, al complacer a una clase, te hacés objeto de burla de otra. Así que más te vale ser aceptada por tu clase pretendida porque si no te jodiste. Creo que por eso tenemos que asegurarnos de copiar exactamente lo que hace nuestra clase social meta. Dicho de otra forma, en Costa Rica solo se vale ser distinto si sos igualmente distinto a los demás.

Recuerdo lo que comentaste de Priscilla Monge y, sin querer emitir juicio sobre ella o su trabajo porque no la conozco, creo que esa reacción tan visceral contra ella podría explicarse de esa manera. ¿Cómo se atreve ella a figurar?

Lo interesante y provechoso sería ver esta (in)movilidad social en términos de creatividad, o la función que tiene la creatividad en este juego de poder. De paso te recomendaría que leyeras a Michel Foucault, tengo un par de libros que te podría prestar, si te interesa.

P.S. --y P.S. no es enajenación, Post scriptum, porque va después del texto, P.D., o Post data es una forma arcaica porque se acostumbraba concluir los documentos con la firma-- AMO A CALLE OCHO, SI, SOY UNA AMANTE DE LA CUMBIA, Y DEL VALLENATO, Y AL QUE NO LE GUSTA SALADO, DIGANME POLA :)

Lachi dijo...

Qué interesante. Plantearse el problema como algo cíclico.

Los libros de Mesié Foucault son bienvenidos. Bibliografía nunca sobra.

No te preocupés, soy de las pocas personas que devuelven discos y libros.