17.12.06

Camisetas y calzones


Proyecto, "El hábito sí hace al monje", Vestíbulo de la Facultad de Artes Plásticas, 1 de diciembre del 2006.

Concebido como una instalación pequeña, el proyecto recrea un espacio comercial con percheros y maniquíes.

Luego de la recolección de imágenes, tanto religiosas como supersticiosas, se optó por trasladarlas a objetos cotidianos, que en este caso son prendas de vestir, llevando al límite la concepción de los elementos estudiados como llanas mercancías, para desmitificarlos o bien, arrancarlos de su perfil de subcultura. El hecho de exponerlos como obras artísticas en un espacio concebido para tal fin, abre la puerta al concepto del ready made y su cuestionamiento sobre el objeto común y la sátira de sus posibilidades dentro del arte. La ropa, la religión y los agüizotes comparten al tiempo que son arrancados de su contexto y la seguridad que este les da, más que para poner en tela de duda su veracidad, el ilustrar que todo puede ser interpretado más allá de su significado tradicional.

Las imágenes utilizadas, no sufrieron ningún proceso de estilización drástico, ya que su interpretación se basa en el soporte donde han sido impresas más que la manipulación gráfica de estas por sí misma. Se trató de conservar su literalidad, hasta donde el aspecto técnico lo permitió, para hacerlas fácilmente reconocibles y poder comprender la artificialidad del entorno en que fueron inmersas.

Cuando el proyecto dio sus primeros pasos, utilizó varias premisas. La más importante fue el disertar sobre una característica generalizada en todos los estratos sociales. La tendencia hace que se discrimine al del estrato inmediato inferior y se polaricen los comportamientos, ya que se excluye todo lo que el grupo social al que se pertenece considera indeseable y vergonzoso. Cuando se estudia la religión y los fenómenos supersticiosos y se cae en cuenta que provienen de motivaciones comunes, se intenta reconciliar lo tradicionalmente antagónico como forma de crítica a la intolerancia. Además, como ya lo hizo el arte pop, y otros artistas y autores costarricenses preocupados por interesantes rasgos de cultura popular, se trata de elevar a la categoría de obra artística, lo cotidiano, y todo aquello que por la costumbre pasa desapercibido y es minimizado por su accesibilidad.









2 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesantísimo, y es que ahí colgadas, muchas veces no nos imaginamos lo que pueden "afectar" en la percepción del otro esas prendas.

Anónimo dijo...

LA VIRGEN ES TOOOODA. VIVA LA VIRGEN DE LA PURISIMA!