4.6.07

Trasnoches sin clímax

De cómo perder a su mejor amigo.

¿Bonita oficina, verdad? No se engañe, porque puede ser el ¡¡mismísimo infierno!!!!!!!

El diseño gráfico deberá ser denunciado ante la Corte de las Ilusiones Laborales, como el caso de publicidad engañosa más extremo que se haya podido documentar.

Trabajar es feo, hay quienes afirman, que hasta ajeno a la naturaleza humana. Por esa razón, los niñitos de clase media (porque lo pobres ni pueden cuestionárselo y los millonarios nacen con el oficio del papá), nos preguntamos cuál puede ser la ocupación menos horrible y mejor pagada. Claro está que como el resto de jóvenes idealistas, convencidos de cambiar el mundo y con menosprecio hacia quienes ya son presa de la monotonía de una profesión, creemos que somos inmunes a remadrear la hora de levantarse para ir al brete.

Ahí es donde se cruza en el camino de los ingenuos ojos, el anuncio de cigarrillos Free, con una chica de aires hippies (pero de plata), revelando fotos y enseñándoselas a su novio modelo de Calvin Klein. Tom Cruise y Leo Di Caprio, se ligan güilas haciéndoles retratos en cuestión de minutos. En Noches de Climax, un exitoso diseñador toma como exótico escenario para su encuentro sexual, su maravilloso estudio salido de revista El Mueble. Este último ejemplo, según indica una encuesta publicada en el 2004 por la Revista Newsweek, sigue siendo la fantasía que mayormente ocupa a los futuros artistas.

Entonces todos los sueños se vierten en un solo objetivo. Un par de años más tarde, la sabrosa pisonga en la elegante oficina, está sólo a unos cuantos macarrones pegados con scotch y una redacción sin sentido en alguna escuela bohemia. Mientras dura su preparación, la verdad no se pasa tan mal. Se puede tomar guaro en el techo y la mitad de las clases hasta tienen acompañamiento musical en vivo

Cinco años después, todo parece fácil. Sale por la puerta de algún auditorio, título en mano y procede a cruzar la calle. Ahí el ascensor lleva al recién graduado a la ansiada, sí señoras y señores, la más añorada por todos, oficina de creativos y diseño. No es tan privada como la de Noches de Clímax, pero la verdad se ve muy glamorosa. Todos visten bonito y es innegable la originalidad de los dibujos y mensajes de sus camisetas. Además, a la hora del almuerzo, hasta existe el chance de aumentar el apetito con un puro de mota como aperitivo. También hay opción de fumárselo a la salida, pero es que la hora de terminar a veces parece no llegar. Montañas de tareas se amontonan junto a la computadora y los tres logotipos, que según parece son de irrefutable calidad, se desechan cuando una viejita coordinadora del Centro para la Promoción de Técnicas Avanzadas en Tejido Artesanal, dice que tiene más color y belleza un muerto. Luego, no falta que el jefe, aunque también use camiseta cool y hasta le haga a la mecha, termine siendo una rata apestosa.

La mujer atractiva que se quería coger encima del teclado o la mesa de luz, tendrá que esperar al ascenso que permita acceder a una oficina y no un cubículo (el cubículo es de Bo Concept, eso sí). Poco a poco, las ganas de cambiar el mundo van mutando en ganas de matar a alguien. Siguiendo la irremediable sucesión de negación, odio y resignación, pensar que al menos al frente hay un bar que cierra a las 3 a.m. ya es un consuelo.

La presión es tanta que surge la imperante necesidad de migrar a otra agencia. Tal vez el cambio de viejecita chocha que rechaza logotipos proporcione algún respiro. Qué va. ¿Porqué en la propaganda de cigarrillos Free no advierten que diseñar involucra tener clientes? Mierda.

Entonces, ser peón o mesero, profesiones no tan cotizadas y jamás consideradas por los ¿guionistas? de Noches de Clímax, hasta parecen atractivas. El desalentado diseñador, prueba unos meses en tareas que no requieren más allá del impulso mecánico, pero aunque por algún tiempo parece hasta exótico, sabe que tampoco es un escape permanente.

La siguiente opción, luego de haber peregrinado por todos los estudios de diseño posibles y el haberse entregado a la vida ermitaña, es irse a otro país. No en vano un montón de gente arriesga el pellejo para irse a Estados Unidos. Tal vez a varias horas en avión la ya no tan llamativa ocupación que escogió, tenga alicientes extras que disimulen la explotación y el tedio de rozarse con gente tan bien vestida y peinada. Allá en Europa, tal vez el concepto de convivencia creativa, considere la asignación de oficinas individualizadas. Quizás ahí se rompa el nefasto ciclo de aburrimiento y decepción. Quien quita y cambiando de escenario y elenco, al fin se materialice su único y verdadero sueño: fornicar sabroso como en Noches de Clímax.

Orange, me vas a hacer falta.


6 comentarios:

Sardina albina dijo...

Pucha no me vuelvo a quejar de mi brete. Bueno, no por un mes. Hay que ser realistas.

djtopo dijo...

auch...

wílliam venegas segura dijo...

Si le gusta el cine y dormir, se pueden hacer y no ambas cosas a la vez, pues e va a gustar mi blog: Ahí quedan las famosas letras azules o la fotito para hacer clic.

Anónimo dijo...

Mae esta pagina lo dice todo solo que para que veas que no estas solo yo soy freelance, a veces me doy el lujo de mandar a freir churros al jefe solo que como ves ahora la pulseo mas duro. La vida es asi y de consuelo te digo tus palabras son aliciente y me recuerdan que para ser diseñador grafico en un pais de malagradecidos como este se necesita gente con huevos y coraje como nosotros, los que hacemos dibujitos para que los putos mortales se decidan a comprar...

Lachi dijo...

William Venegas: Odio el spam tanto como sus críticas llenas de spoilers.

Anónimo: Amén!

Anónimo dijo...

La palabra Spoiler proviene del inglés "Spoil" cuyo significado es "estropear(se), echar(se) a perder, arruinar(se)". Spoiler quiere decir aguafiestas. Es bastante común que esta palabra aparezca en reseñas, comentarios, monografías, etc., indicando la situación antes mencionada para aquellos que consideran los adelantos perjudiciales para su disfrute de la historia

Atte: Anonimo