27.7.07

De cómo el TLC podría beneficiarnos a todos.

¡Jack the Skeleton dice No al TLC!

El grueso de las personas, sienten una necesidad de identificarse con algún tipo de idea, corriente o movimiento. Sin embargo, parece ser que, tener filiación con algún grupo no es suficiente para sentirse parte de él, sino que adicionalmente se hace necesario externar esa empatía a los demás. Por esta razón, algunos se convierten en una suerte de anuncio publicitario, echándole mano a vestimentas especiales que denominen sus inclinaciones. Punks, hippies o “góticos”, modifican su apariencia según sus creencias y aficiones.

Sin embargo, los ejemplos anteriores son algo radicales. El demostrar quién soy o quién quiero ser por medio de la ropa, no siempre implica el echar mano de un atuendo completo o una especie de “disfraz”. A veces solamente requiere algún accesorio o aditamento colocado en un lugar visible, como los católicos que usan las medallas o estampas de santos o vírgenes, por ejemplo. La imagen icónica se vuelve favorita para ostentarla en algún lugar de privilegio. La desgastada cara del Ché Guevara y más recientemente Mao Zedong, adornan los más variados soportes. Su popularidad ideológica o bien, simplemente su fuerza iconográfica les han valido un lugar en el imaginario colectivo y en consecuencia en el espacio comercial.

La modernización constante de las técnicas de impresión y el diseño gráfico, han hecho posible que estos íconos y muchos otros (algunos menos solemnes como personajes de televisión o muñecos de caricatura), cada vez sean más asequibles. La tecnología también ha hecho posible el que exista la personalización del servicio y los diseños, siendo factible el hacer una creación a gusto del cliente y de copia única sobre artículos cotidianos como camisetas, tazas, llaveros, etc.

Hoy día, después del oscuro Jack the Skeleton, el marihuano de Bob Marley, la rosada Hello Kitty y la foto del perro con gorro navideño, una nueva ola gráfica inunda, con el último grito de la moda, los mercados, tiendas y puestos callejeros: NO al TLC.

Dentro de la historia contemporánea, los estudiosos nunca han tenido claras las posturas sociales y económicas de los Tiny Toons. Muy probablemente estos apoyen la política expansionista del país al que pertenecen, pero eso es una mera especulación. Sin embargo, en el caso del Ché y Mao, no hay duda que irremediable e irónicamente han caído víctimas de aquello que tanto criticaron.

Sobre el TLC, o más bien, el NO al TLC, es curioso ver compitiendo con el tono solemne de las luchas y los discursos anti imperialistas a una tabla forrada en tela cubierta de brochecitos, corrongos bolsos de tela con logotipos, parches y una cantidad de vendedores ansiosos de distribuir una mercancía que tiene pronta caducidad. (¡Maldito referendo!)

Concluyendo, aprueben o no el TLC, gane o pierda la Sele, el comercio siempre sale triunfador.


Así que Lachi les da a sus lectores el siguiente consejo:


-Si usted está en contra del TLC, sáquele partido a su desgracia obteniendo ingresos extra. Inste a sus familiares y amigos a convertirse en pancartas vivientes.


-Si está a favor, aproveche y lucre con la pasión de sus detractores.

2 comentarios:

Sardina albina dijo...

Ya me imaginaba yo una serie de comentarios en su blog por contener tan solo ese título pero nada.

No sé dónde la vi, pero era una camiseta del Ché pintado estilo Marilyn Monroe por Andy Warhol (esa imagen cuadruple en colores). Yo quiero esa. Causa una ligera descuadrazón de mente.

Lachi dijo...

No crea, este blog es de efecto retardado.

Meses después me llegan los comentarios más "especiales". Una doña toda chiva diciéndome que quién era yo para cuestionar una obra del MADC, que dónde estaban mis cuadros exhibidos a ver si yo tenía autoridad de hablar paja.

Luego, cuando comparé Amway con los cristianos, hasta cita bíblica y todo me gané.

Así que, diay, dese la vuelta en unos tres meses, a ver qué.

Aunque sea como mínimo, William Venegas spaméandome el blog (por cierto Don William, estoy conciente que "espamear" es un anglicismo).