6.11.07

Expresionismo

El mundo es horrible y nadie me quiere. El término expresionismo surge a principios de siglo con el desarrollo del movimiento "El Puente" en Alemania. Sin embargo, este actualmente aplica a cualquier obra cuya sensibilidad esté emparentada con las motivaciones y estética de dicho grupo y otros posteriores, independientemente de su época, técnica o contexto. Es lo que pintan los atormentados y los pesimistas.

Herbert Read contrasta el movimiento expresionista de los años 1905-13 con su contemporáneo, el fauvismo de Matisse. Este último es colorido, sensual, relajado y alegre. Figuras desnudas y desinhibidas, se contornean en un paisaje de cálida luz mediterránea. En el norte de Europa, de donde surge el expresionismo, el clima dista mucho del amigable y soleado ambiente de una costa española o francesa. Frío terrible en inviernos agrestes en países como Alemania, Noruega o Rusia, resultaron según Wilhelm Worringer en una visión negativa de la naturaleza, a la cual, lejos de admirar o aprovechar sus bondades, había que temer. El concepto de naturaleza que Worringer aplica, no solo se limita a la idea de hostilidad y amenaza que estos entornos provocaron en los habitantes de esa determinada geografía. También tiene referencia al relativamente desconocido mundo orgánico y microscópico. De ahí que la enfermedad (la mental y la física), el origen de la vida, la complejidad del comportamiento regido por el instinto o lo hormonal y la incertidumbre de la muerte fueran los temas predilectos de las sombrías personalidades expresionistas. Read, redondea su idea con algunos ejemplos de artistas emblemáticos atormentados por múltiples calamidades. Munch, precursor del movimiento, llevó a cuestas la enfermedad y muerte de su hermana y madre. Viajó a París y a Alemania teniendo relativo éxito, pero jamás trascendió su calidad de foráneo. Van Gogh, otro de sus predecesores, llevó una vida marcada por el desequilibrio mental y la soledad. Otros como Nolde, Kandinsky o Rohlfs, lucharon por varios años contra el aislamiento de las provincias en que crecieron.

La archifamosa obra “El grito” (1893) de Edvard Munch, es el ejemplo más característico y didáctico de todo lo anteriormente expuesto. Una figura andrógina, rodeada de un paisaje cotidiano de la época, se detiene espantada acatando únicamente a lanzar un grito desesperado.


Consignas sociales del expresionismo

Como es común a otros movimientos artísticos del siglo XX, el "El Puente" es un grupo de reacción y confrontación. El principal blanco de críticas constituía por supuesto la clase alta y la burguesía . Más tarde, con la figura de Kathe Kollwitz y el expresionismo abstracto de mediados de siglo, se sumará la guerra como elemento negativo y tormentoso.

Se dice que el estilo expresionista, en grupos como el del Puente por ejemplo, proviene de la ausencia de estudios formales en pintura por parte de sus artistas. Estos, como estudiantes de arquitectura, comenzaron a desarrollar su obra sin sesgos académicos de ningún tipo, acercándo su figuración a la ingenuidad o lo infantil. Aunque de manera inconsciente y casi fortuita, esta estética carente de reglas también constituyó una reacción contra el gusto generalizado de la época, el cual se ubicaba más cercano a lo clásico y a lo objetivamente realista.

El grabado, fue otra de las herramientas que jugaron un papel importante en función de la lucha contra la aristocracia. Múltiples copias se traducían en una más efectiva distribución. Popularizar el arte constituía una forma de protesta.

Es por lo tanto, atinado mencionar a Kathe Kollwitz, escultora y grabadora alemana que desarrolló su obra desde finales del siglo XIX hasta los 30’s. En su caso, la elección del grabado obedecía a su predilección por el dibujo sobre la pintura. En su contexto, el dibujo era considerado la técnica por excelencia de los intelectuales y como consecuencia, elaboró una serie de litografías, grabados en metal y xilografías con temas que versaban sobre la desigualdad social, la guerra, la muerte y el activismo. Formada en la academia, usa el lenguaje propio de la burguesía para atacarla. Ella perdió a su hijo en la guerra, así que es frecuente la representación de madres llorosas con sus pequeños moribundos o a la muerte tratando de arrebatárselos (La muerte agarrando a una mujer, litografía, 1934).

Me asusta pero me gusta

Otro de los grandes dilemas presentes en el expresionismo es el drama que la sexualidad representó. Si aún hoy día el tema sigue siendo escabroso y marcado por los tabúes, se debe imaginar en el contexto represivo de principios de siglo. No en vano, en muchas figuras famosas del arte, la representación del erotismo, la idea del amor, las relaciones sexuales o la prostitución estuvieron presentes en Picasso, Klimt, Schiele o Matisse, siempre con un enfoque ambiguo entre el deseo y el repudio. No se puede hablar de misoginia de una forma tajante, pero sí hay una constante que deriva en la representación de la mujer con una connotación negativa. En Munch existe una triada de temas indisociables, los cuales son mujer, sexualidad y muerte. Irónicamente y a pesar del lamentable ligamen de la mujer con la muerte, esta persiste como objeto del deseo. Un Picasso por ejemplo, atavía a sus Señoritas de Avignon con amenazantes y toscas máscaras para representar el oscuro mundo nocturno de las prostitutas. Más allá de los valores formales de esta obra cubista, el cuadro es también una representación de la visión de mundo existente en torno a la mujer y su rol social. Sin embargo, se sabe que Picasso gustaba de la vida bohemia donde la atracción por el sexo opuesto formaba parte de ella. Más aún, muchos de sus biógrafos insisten en ligar las etapas o cambios estéticos de su producción artística según su compañera de turno.

Dentro del expresionismo este fenómeno es una constante. Munch en muchas ocasiones retrata a sus personajes femeninos con una especie de máscara y los ojos vacíos (Artista y su modelo, óleo, 1919-21). En otras, las rodea de una atmósfera hostil. Su famosa “Madonna” de 1902 retrata a una mujer con el pecho desnudo en actitud sensual enmarcada por un feto y espermatozoides de líneas retorcidas. Su mensaje parece dar a entender que en el atractivo sexual va implícita la posibilidad del sufrimiento o la enfermedad. Nolde o Kirchner, relacionan a la mujer con lo primitivo, resaltando un carácter desbocado y frenético. Sin embargo, en estos como en muchos otros artistas de las primeras vanguardias del siglo XX, la mujer es tema recurrente. Se odia, se teme, se necesita.

2 comentarios:

Maria Rapela dijo...

ey muy buen artículo...para repasar un poco esa parte de la historia...no siempre tan conocida...podría haber expresionismo en un lugar como costa rica, donde la naturaleza es abundante, hay luminosidad, y buen clima?

Lachi dijo...

Sí, acá en Costa Rica se puede hablar de sensibilidad expresionista. El gusto de Paco Amighetti y muchos otros contemporáneos a él por la xilografía viene de la influencia de los grabadores en madera de la Alemania expresionista. Hay una exposición que se hizo hace varios años en Alemania donde el tema era justamente la influencia del expresionismo alemán en CR. La animalística de Juan Manuel Sánchez tiene influencia de Franz Marc. El Jaul, libro de Max Jiménez, tiene un enfoque expresionista, ya que intenta desmitificar la imagen bucólica del campesino impuesta por la aristocracia.

A pesar que Costa Rica tiene bonito clima y bonitas plantas, no escapa a la desigualdad social y en ese particular, hay que recordar que el expresionismo también tuvo su fase de "panfleto" por así decirlo, que artistas de la CR de ayer y hoy usan (y abusan, jeje).

Saludos