24.4.06

Domingo 1:30 p.m. Todo es objeto de fe, todo es objeto de venta.



Los exvotos en la Basílica de los Angeles, fueron reubicados en una especie pasillo subterráneo a través del cual también se puede accesar la piedra donde apareció la imagen de la Negrita (antes se encontraban en el interior del templo). Es imposible no sobrecogerse al ver personas hincadas frente a esa piedra, totalmente concentradas y absortas en su oración o quizás rogando por la mejora de alguna situación.

Según lo observado y según la variedad de exvotos exhibidos, tal parece que la mayor petición requerida por los fieles y a su vez cumplida por la Virgen de los Angeles, se orienta en su mayoría en la curación de enfermedades o temas relacionados con la salud. Hay una gran cantidad de brazos y piernas, seguidos de órganos y columnas vertebrales.

Estratégicamente ubicadas frente a la entrada hacia los exvotos y también junto a la fuente de agua bendita, se encuentran dos tiendas de artículos religiosos. Imágenes de todo tipo (santos, vírgenes, cristos), tanto en estampita como en yeso, libros, velas, rosarios, escapularios, llaveros e igualmente, anteojos, joyería y tarjetas de cumpleaños, constituyen la oferta principal de lo que alguien cercano alguna vez irónicamente denominó "los mercaderes en el templo". Por supuesto, la urna de los exvotos de lata era la más abarrotada: "¿Tiene cabecitas?", preguntó una señora, mientras la amable vendedora sacaba un cráneo de lata diminuto con un valor de cincuenta colones.

Dicha tienda subsiste por ventas por volumen ya que los artículos más solicitados tienen precios bastante cómodos, casi todo por debajo de un dólar. Aún así, una nada despreciable cantidad de personas haciendo fila en la caja expone un negocio bastante lucrativo.

Lógicamente la estampa de la Virgen de los ángeles es la más vendida, pero curiosamente según la vendedora, San Pancracio, mártir para alcanzar las gracias de Virtud, Salud y Trabajo, es conocido como el santo de los choferes y conductores y por lo tanto, uno de los más cotizados en esta tierra de huecos, baches y carreteras angostas sin señalización adecuada. Le siguen en el ranking el Divino Niño, a quien se le piden favores varios sin ninguna especificidad, pero cuya devoción ha tomado más fuerza aún por la inmigración de colombianos y San Judas Tadeo, el santo de las causas imposibles.





Lo curioso de visitar este tipo de lugares, es observar el impulso de fe que mueve a la gente a adquirir un pedacito de la divinidad que veneran, la necesidad de ponerle un rostro a aquella fuerza superior a quien se le pide un favor e incorporar dichos símbolos a la práctica de un ritual. Por otra parte, también es curioso despojar esos artículos de esa carga devocional y verlos como simples objetos y encontrar que su misticismo proviene únicamente de su consumidor. Tal vez el artículo más revelador de lo anterior son los "stickers" del Corazón de Jesús, a todas luces hechos en serie junto con pokemon, hello kitty y bob esponja. Deliciosa y despreocupadamente maquilados y embalados por algún chino agnóstico o budista y venidos hasta América para reconfortar el alma de miles de creyentes católicos por la módica suma de C 150.00.








19.4.06

Exvotos: ofrendas de gratitud

Explorar todos los fenómenos relacionados con el pensamiento mágico y las formas que adopta en religión y superstición es ameno e interesante. Sin embargo, es necesario empezar a darle forma a un fenómeno del cual me interesa primordialmente su materialización física.

Es entonces necesario empezar a buscar cuáles son los símbolos más "cotizados" en el mundo mágico-religioso.

Es aquí donde quisiera hablar de los exvotos, manifestación por excelencia de la devoción popular. Los hay de dos tipos:

El exvoto pintado

Este no es tan conocido en Costa Rica, pero como tradición propia de nuestros colonizadores, se dio en lugares como México y algunas otras partes de América, subsistiendo aún hoy en día aunque con menor intensidad.

Consiste en pintar en un lienzo o cartón algún favor concedido, como muestra de agradecimiento al santo o virgen que fue requerido y cumplió el deseo. Luego son llevados al altar o iglesia donde se ubica alguna imagen de ellos y se deja allí a manera de ofrenda.



Este tipo de exvoto puede ser hecho por encargo por un artista, pero generalmente es el favorecido o algún familiar quien lo confecciona. Es por esta razón que la mayoría adquiere esta apariencia tan ingenua, que intenta ser realista en el tratamiento de la figura humana pero que inevitablemente termina siendo desproporcionada y con defectos de perspectiva. La divinidad también tiene que estar representada y generalmente (de manera un tanto involuntaria) se le da un tamaño mayor con respecto al resto de los elementos del cuadro para representar su carácter superior. Una de las finalidades del exvoto pintado es evitar dejar alguna duda del tipo de favor concedido, razón por la cual casi siempre se acompaña de un texto que confirma lo ilustrado, a la vez que está firmado por el ofrendante. Casi nunca es anónimo. Hay otros que se interesan también por representar el proceso que materializó exitosamente la petición y el formato se divide en pequeños cuadros con su respectiva explicación. A mí me recuerda un cómic con todo y sus viñetas.

Doy gracias a la Sma. Virgen de Zopopán Por Haberme Librado de Morir Electrocutado (lugar y fecha ilegibles) Salvador Briceño Perez.



La variedad de temas es infinita. Existen desde los que agradecen por la resolución de problemas bien serios como curación de enfermedades o el librarse de un accidente, como aquellos que manifiestan gratitud por cuestiones más superfluas como el bienestar de una mascota o la obtención de un novio. Todo lo anterior, reafirma ese carácter ingenuo tan particular, divinamente tosco.

El exvoto en bulto:

Muy popular y conocido en Costa Rica, sobretodo a través de la devoción hacia la Virgen de los Angeles. Ya sea en cobre o bronce, pero generalmente en oro o plata, el exvoto en bulto es una representación en miniatura del bien obtenido o la parte del cuerpo salvada. Manos, pies, hígados, seres humanos de cuerpo entero, senos (hasta ahora nunca he visto penes)o bien, animales, casas, carros, herramientas son confeccionadas y luego ofrendadas. En este caso, al representarse figuras aisladas de un fondo, la proporción no parece tener mucho peso.

Aquí sí es más común que exista cierto grado de anonimato al haber una imposibilidad de grabar o escribir un nombre en una pieza de tamaño tan pequeño.

Es usual que en vez de confeccionarse una parte del cuerpo, se ofrezcan artículos como muletas o prótesis como una forma de testificar acerca de la obtención de un milagro y la sanación propiamente de un miembro específico. Al igual que el exvoto pintado, se confecciona para estar exhibido y las grandes paredes tapizadas de miniaturas sugieren el poder de la divinidad ofrendada. La cantidad de exvotos en la Basílica de Cartago es tan grande, que hace imposible la exhibición de su totalidad.

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En ambos tipos no sólo está presente la necesidad de patentizar la obtención de un beneficio gracias a la intercesión de un ser superior sino que existe un deseo de encontrar representaciones más concretas y tangibles a los milagros o la fe en determinada divinidad. Parece que es inherente al creyente buscarle forma reconocible a los aspectos de matices más abstractos para poder transmitírselos con mayor efectividad tanto a sus inmediatos en el plano terrenal como a sus dioses en el celestial.

Otra particularidad que está presente en la devoción a través de los exvotos es el carácter público, y en el caso de los exvotos en la Basílica de los Angeles, su importancia dentro de un ritual específico, como lo es la peregrinación de los romeros cada 2 de agosto. También se infiere a través de la firma quien expresa su gratitud. Ya sea una manifestación gestada dentro de la religiosidad popular, igualmente está enmarcada dentro de la oficialidad que exponían May Brenes y Mayra Zaparolli en "¡de que vuelan, vuelan...!", y por lo tanto, se concibe como una conducta aceptable.





17.4.06

"¡DE QUE VUELAN, VUELAN...!"

Un análisis de la magia y la brujería en Costa Rica,
por May Brenes Marín y Mayra Zapparoli Zecca, 1991.



(Kiki's delivery Service de Hayao Miyazaki)

A todos mis cientos de fans, me disculpo por mi prolongada ausencia. No soy lo suficientemente nerd para resignarme a permanecer en San José en Semana Santa y sí lo suficientemente pola como para abarrotar las magníficas playas nacionales y las deplorables carreteras que hay que transitar para visitarlas. La nerdada sólo me alcanzó para llevarme dos libros de los cuales el antes mencionado fue el feliz favorecido en la lectura.

Este texto abiertamente feminista, bastante ameno y digerible, relata el nacimiento de la persecusión de brujas desde más o menos el siglo XIII. Según dicen las autoras, lo que en un principio se entendió como "el culto a la diosa madre", en donde la consanguinidad se trazaba a partir de la línea materna y se fundamentaba en características primeramente de fertilidad y luego depuradas hacia ideas de protección, liderazgo e identidad, luego fue tergiversado por la iglesia Católica y los poderes políticos y económicos, como el culto al demonio. Me llamó la atención conocer de dónde surge la figura de tintes satánicos del macho cabrío quien no era más que el cabrito existente en las representaciones de Diana Cazadora, la diosa romana.

Lo interesante de esta introducción, es la afirmación de la existencia de la brujería por parte de la propia Iglesia Católica. "El no creer en la realidad de la brujería y en la de toda su magia se convirtió en herejía." Esto no siempre fue así, pero una vez posicionada la idea, esta ha trascendido hasta nuestros días en el pensamiento popular.

Si no estoy errada, Juan Pablo II redefinió el concepto de "infierno" a un estado de ausencia de Dios, abandonando aquellas imágenes dantescas de calderos hirvientes y muñecos con cachos y tridentes. Mas los pensamientos no pueden cambiar con un chasquido de dedos, además que en lo personal es mucho más conveniente echarle la culpa al diablo que a mi torpeza.

El castigar entre los siglos XIII y XVII la adoración al demonio se fundamenta tanto en la violación del primer mandamiento (amarás a Dios sobre todas las cosas) como en que todos los "trucos" y "encantamientos" de la brujería son verdaderos.

Más tarde se aborda el tema de la brujería y los matices que vino a tomar en América Latina al mezclarse el colonialismo, las creencias indígenas y la religión cristiana. Aquí también se toca el tema de las características de las prácticas religiosas oficiales y por consiguiente el matiz que toma todo aquello excluído de esa oficialidad. Lo anterior, junto con la idea de la brujería como algo maligno y según las autoras, adicionalmente por el origen misógino de la misma, las supersticiones toman un carácter asocial y son constantemente sometidas a juicios peyorativos y hasta con consecuencias en el ámbito legal. De ahí, su perfil de subcultura. De ahí también, que sin importar el estrato social, el descalificar esta práctica sea algo natural.

Otra valioso aporte es analizar y explicar en conceptos concretos el innegable parentezco entre religión y brujería. El sincretismo propuesto por las autoras, "acto por medio del cual se unen en una misma ceremonia ritual o creencia, aspectos de las dos culturas convergentes que integran lo sagrado y lo profano en una nueva versión", expone los elementos comunes en que se rigen ambas tendencias. Aquí el elemento de fe, es un eje fundamental en ambas.

De una forma más cercana a la idea de mi trabajo, se expone la importancia de las representaciones tanto en la religión como en la brujería. Basándose en el fenómeno de la Ley de Semejanza Externa (dos cosas morfolóficamente semejantes están dotadas de las mismas propiedades), se alude a los exvotos (manos, piernas, casas o animales de oro, plata o bronce) ofrecidos a la virgen de los Angeles y las estampas de santos y vírgenes a las que se les atribuye algún poder. En lo concerniente a las estampitas y oraciones, estas se consideran valiosas mercancías en una Iglesia que lucra con la venta de las mismas y que por esta razón, es tolerante a la adoración de las mismas.

El libro es interesante y además con una claridad bastante didáctica. Sin embargo, resiento en la obra un salto cronológico abrupto entre el desarrollo de la historia de la brujería en Europa y la transcición a la vida moderna costarricense, desmereciendo la fluidez de la lectura y sobretodo, forzando los contenidos y adaptándolos a la visión de las autoras. Asimismo, admito que la orientación feminista sesga algunas conclusiones, como por ejemplo, que la brujería es venida a menos por ser considerada una práctica femenina desde tiempos antiguos y por ser supuestamente mujeres las que en la actualidad se desempeñan como "brujas" a manera de oficio.




11.4.06

A propósito de Semana Santa

"Moral tradicional y religiosidad popular en Costa Rica (1880-1920)"
de Elizabeth Poveda

Revisando esta obra de 1997, me encontré con algunos aspectos útiles para mi marco conceptual. La dialéctica generada entre religiosidad popular y tradicional católica, se estudia primordialmente desde el punto de vista de género. Se exponen cuáles son los modelos que tanto hombres como mujeres deben seguir. Sin embargo, a través de testimonios orales y escritos, la autora comienza a esbozar una situación de doble moral religiosa detonada en gran parte por las incongruencias en el comportamiento de muchos de los líderes religiosos de aquella época. Al abordarse el tema de la sexualidad y el matrimonio y en consecuencia el de la fornicación y el adulterio, aquello empieza a complicarse. Aún más cuando todos y cada uno de los comportamientos sociales tienen una estricta regulación. Paralelamente se relatan cantidad de faltas en que curas incurren sin el menor reparo, irrespetando el celibato o abusando de su autoridad eclesiástica para manipular o insultar al pueblo.

De ahí que la autora concluye que el pueblo entra en un estado de "confusión" y su doble moral proviene directamente de la reproducción de un patrón similar en los miembros más inmediatos de la jerarquía religiosa

Aunque mi tema no se orienta a discutir sobre la discriminación de género o la descarada vida sexual de los sacerdotes, sí encontré interesante el hecho de que en la religiosidad popular siempre existe un elemento de rebeldía originada en la imposibilidad de vivir bajo específicas normas, sacramentos y preceptos ético morales venidos de la Iglesia así como la dificultad de copiar los diferentes modelos impuestos. Es decir que el exceso de restricciones se traduce sobre los feligreses en resultados contraproducentes o en actitudes de entrega desordenada a los mismos vicios que la misma iglesia reprende.

Nota: A pesar que yo toda la vida odié ir a misa, históricamente los atropellos de la religión son palpables y abril es un excelente tiempo para ir a la playa, para mi regocijo algo de educación me ha hecho más tolerante en alguno que otro tema. Así pues, los exhorto a visitar las diferentes procesiones y a disfrutar del ritual y el fervor religioso verdadero que se vive en ellas. Es interesante fijarse en los sepulcros e imágenes. Algunas de estas figuras de madera y escalofriante pelo natural, como en el caso de la Catedral Metropolitana, datan de finales y principios de siglo y fueron confeccionadas por escuelas guatemaltecas de tradición imaginera o por ticos pioneros en ese campo.


4.4.06

La santísima trinidad



Hasta este momento, dentro del planteamiento del proyecto tenemos tres conceptos básicos: religión, superstición y comercio. Los dos primeros son relativamente fáciles de representar porque cuentan con imágenes propias harto conocidas. No es mi intención, estilizar o cambiar radicalmente la apariencia de un ícono religioso, por ejemplo. Son mis ready mades. Solamente quiero mezclarlas para ilustrar sus diferentes formas interacción. Sin embargo, también quisiera ilustrar la particularidad de que ambos elementos en algún momento, conjunta o separadamente, son comercializables. El comercio es un tipo de demonio moderno también al que la religión le guiña el ojo con sospechosa frecuencia.

Es por esa razón, e influida por mi formación previa como artista gráfica, que quisiera orientar el proyecto hacia la impresión de esas imágenes en objetos de consumo cotidiano, en su mayoría prendas de vestir. La vestimenta, con pocas excepciones, es una necesidad universal. Al echar mano de las prendas de uso común, quisiera representar la presencia del pensamiento mágico en la totalidad del colectivo y cómo este puede mutar tan fácilmente como lo es cambiarse de camisa. Otra variable que he considerado es estudiar y conocer el simbolismo de la vestimenta religiosa y aplicarla al ámbito supersticioso, como una forma de crear un vestuario análogo.

Es un juego de dualidades supuestamente irreconciliables. Comercio/arte, superstición/religión. En teoría radicalmente distintas pero tan dependientes una de la otra que a veces sus límites se vuelven difusos.