16.3.07

Samsara

El curso de arte oriental demanda hacer una crítica de Samsara (2001), película india dirigida por Pan Nalin.

Samsara, según el Diccionario de la Real Academia, se designa como el “ciclo de transmigraciones o de renacimientos, causados por el karma”.


Puede contener detalles reveladores del argumento

Tashi, un joven lama, tras un período de aislamiento retoma la vida en el mundo exterior. En este mundo se enfrenta a dos realidades paralelas, una, la vida religiosa regida por claras normas y la otra, la existencia cotidiana de corte más mundano. Con el despertar sexual del joven, surge el detonante de una serie de cuestionamientos hacia el destino previamente trazado para él como parte de una comunidad religiosa. De repente, la espiritualidad se confronta a lo terrenal, sin que haya un punto intermedio de convivencia.

La película intenta desmitificar la religión ahí representada, proponiendo un personaje más humano, curioso, capaz de dudar o rebelarse. Èl finalmente se decanta por abandonar el monasterio e inicia una nueva existencia como agricultor, junto a una esposa y más tarde un hijo.

La curiosidad por lo que no se tiene a la total disponibilidad parece ser la constante en el relato. En algún momento, Tashi va con su suegro a la ciudad y este regresa lleno de vestimentas y accesorios modernos, relativamente ajenos al poblado donde ellos habitan. Lo que no se conoce, parece ser un imán exótico que deslumbra por novedoso.

La mujer parece ser el elemento de discordia y tentación, especie de desencadenante que altera el orden establecido. Así, luego de saciar la atracción que la enigmática inmigrante india y empleada de su esposa, despertó en él, Tashi, revierte sus cuestionamientos al impulso inicial que lo empujó a seguir una vida laica, dudando nuevamente y preguntándose si el camino que eligió era el correcto. Así, el ciclo parece repetirse una y otra vez, siendo la vida de Tashi un ejemplo de cómo el peregrinaje por las diferentes etapas de la vida y la experiencia, inevitablemente terminan siempre justo donde comenzaron. Sin embargo, cabe destacar que en Samsara, para el personaje principal lo anterior no se intuye como un proceso natural o aceptable. Tashi, es incapaz de decidir cuál es el rumbo correcto y satisfactorio, viéndose atormentado por la culpa y la indecisión.

Es quizá el karma, propio del Samsara.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

buena cinta?

Lachi dijo...

En términos generales sí. Está bien hecha, bonita fotografía. Clásica fábula budista donde no importa cuántos conflictos pasen todo termina donde comenzó.

Se supone que dentro de un tiempo tenemos que analizarla con la teoría vista en clase. Por el tono en que nos habló la profe acerca de la cinta, tal parece que está llena de clichés y no es taan buena, pero ahí le cuento más adelante.