29.3.06
El lujo, según Bruno Munari
Ayer martes, fue un día muy provechoso. Vi Shaolin Soccer, de Stephen Chow, el mejor director y la mejor película del mundo respectivamente (gracias Osker y Cinemax) y terminé de leer "¿Cómo nacen los objetos?", de Bruno Munari (gracias Alberto).
A propósito de mis "elucubraciones" (gracias Sardina), en un mensaje anterior, encontré atinado este extracto:
"El lujo es la manifestación de la riqueza incivil que quiere impresionar a quien se ha quedado pobre. En la manifestación de la importancia que se le da a todo lo exterior y revela la falta de interés por todo lo que es elevación cultural. Es el triunfo de la apariencia sobre la sustancia.
El lujo es una necesidad para mucha gente que quiere tener una sensación de dominio sobre los demás. Pero los demás si son personas civiles saben que el lujo es ficción, si son ignorantes admirarán y tal vez hasta envidien a quien vive en el lujo. Pero ¿a quién le interesa la admiración de los ignorantes? Quizás a los estúpidos.
De hecho el lujo es una manifestación de estupidez..." "...El lujo es pues la utilización impropia de materiales costosos sin mejorar sus funciones. Por tanto, es una estupidez.
Naturalmente el lujo está relacionado con la arrogancia y con el dominio sobre los demás. Está relacionado con un falso sentido de autoridad. Antiguamente la autoridad era el brujo que tenía aderezos y objetos que sólo él podía poseer. El rey y los poderosos se vestían con costosísismos tejidos y pieles. Cuanto más sumido en la ignorancia se tenía al pueblo más rodeada de riquezas se mostraba la autoridad..." "A medida que desciende el analfabetismo la autoridad aparente disminuye y en lugar de la autoridad se considera la autoridad reconocida".
Bruno Munari, artista, diseñador industrial y gráfico, escribe estas disertaciones pensando en la elaboración de objetos eficientes funcional y estéticamente, y concluye "el lujo no es un problema de diseño". En su libro propone la sistematización de una "metodología proyectual", es decir, pasos que en un orden preciso constituyen una guía para resolver problemas, en el caso, de él, diseños o productos de índole principalmente industrial. Aunque el autor no pretende elevar dicho método y sus pasos a un nivel absoluto e inquebrantable, sí apuesta por la tenencia de una documentación y un estudio adecuado que eviten el "inventar" lo ya harto conocido, o como dicen "descubrir el agua tibia".
El método como tal, no es exclusivo para diseñadores, ya que este aplica a cualquier problema, ámbito y profesión, al estar inspirado en las cuatro reglas del método cartesiano.
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